Escenario de los "artistas emergentes" en Woostock, 1999
Jorge Otero en Woodstock ' 99 // Jorge Otero CC BY
Ilustración del artículo: concierto de los Stormy Mondays en Woodstock, 1999.
Javi Otero en Woodstock' 99 // Jorge Otero CC BY

Oviedo, año 1996. Internet era el futuro, o por lo menos eso pensaban los Stormy Mondays. Por eso, Jorge Otero inauguró la página web de la banda y entre todos decidieron que iban a subir ahí los contenidos. “Los grupos estaban peleando, matando y pagando por sonar en la radio, que es gratis, ¿por qué íbamos a tenerle miedo a esto? Es casi lo mismo”, recalca el líder de los Stormy. Fueron unos pioneros y unos visionarios, ya que tan solo hacía seis años que la conexión red había llegado a España. Dos años más tarde, en el 1998, sacan su primer álbum Rainy Days and Broken Hearts. Era un proyecto muy pequeño, y todo lo contrario a lo que se había visto hasta el momento. Producido por el mismo estudio en el que lo grabaron y comercializado únicamente en Asturias y una tienda de Madrid. Sin embargo, en Internet corría a la velocidad de la luz y copaba las listas de éxitos. 

Viaje a otro planeta

Precisamente, fue gracias a la difusión en Internet como consiguieron lo que en aquel entonces era casi otro planeta: viajar a América. Allí, entre el 22 y 25 de julio de los años 1999 se celebraba el festival de Woodstock. Y en un Chévrolet de alquiler con cinco plazas para seis personas y cuatro instrumentos, fueron a tocar como invitados. “Tres en el asiento de delante y tres en el de detrás. No lo habíamos visto nunca, porque en Europa eso no se hace”, rememora entre risas Otero. Para ellos, fue todo “alucinante”; una cultura radicalmente diferente, donde el precio de los coches no era fijo sino que se negociaba y llevaban la ruta impresa para no perderse. Así recuerda Jorge Otero algunas de sus anécdotas:

América les definió, y también definió su estilo. De hecho, ellos fueron la única banda española que logró tocar en Woodstock antes de la desaparición del festival. Su repertorio era escaso: acababan de nacer, como quien dice, y tocaron exactamente las melodías que tenían en su primer disco. Sin embargo, pese a su corta trayectoria, ya habían logrado aquello que aspira cualquier músico consagrado: Slash, Woodstock. Lo que no sabían en ese momento es que Slash no era la única estrella con la que tocarían. Ni tampoco que llegarían a alcanzarlas.