Violencia vicaria: cuando el maltrato llega al siguiente nivel

VIOLENCIA VICARIA: CUAND EL MALTRATO LLEGA AL SIGUIENTE NIVEL

La violencia vicaria se define como aquella violencia ejercida sobre la mujer con el fin de causarle el mayor daño psicológico a través de terceras personas, ya sean sus hijos, padres o pareja y que llega, en su máximo grado, al homicidio o asesinato. En España, en los cinco meses que llevamos de 2024 la violencia vicaria está suponiendo un verdadero problema en nuestra sociedad, ya que son siete los menores que han sido víctimas de esta lacra, convirtiéndose en la peor cifra histórica en nuestro país desde que se tiene registro. En este reportaje, abordaremos la problemática de este tipo de violencia, tratando los datos acumulados en este 2024 y cómo se percibe desde los marcos psicológico y legal, apoyándonos en la ayuda de profesionales especializados en la materia. 

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niños asesinados en diez años y medio

Radiografía de la violencia vicaria en España

El término “violencia vicaria” empezó a utilizarlo la psicóloga Sonia Vaccaro hace más de una década. Con origen en el concepto “vicario” –es decir, la sustitución de un individuo por otro en el ejercicio de una función–, se pretendía analizar un tipo de violencia machista en la que el daño se hacía indirectamente a la mujer mediante amenazas, agresiones, daños, etc. al entorno de la misma, principalmente a los hijos. Casi al mismo tiempo de que se empezara a utilizar el término, España comenzó a recoger datos sobre asesinatos vinculados a esta forma de violencia

Este 2024 ha arrancado con cifras especialmente altas en niños y niñas víctimas de esta forma de violencia. Con la entrada de mayo y un nuevo doble homicidio el pasado 10 de abril, ya van siete menores asesinados a manos de su progenitor. Ahora bien, desde 2013, solo se ha superado esta cifra en una ocasión –2017, con ocho menores asesinados– y se ha igualado en otras tres ocasiones –2015, 2018 y 2021–. Sin embargo, lo de este año ha ocurrido en apenas cuatro meses, mientras el resto de datos son el cómputo de años completos.

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El perfil del asesino

Ya van 56 desde que se tienen registros. El estudio realizado en  Violencia vicaria: un golpe irreversible para las madres  que analizaba 50 casos de violencia machista, analizaba que el perfil más común de hombres que asesinan a sus hijos para hacer daño a las madres es un español, de entre 30 y 50 años, sin ninguna patología mental. En cuanto al momento del homicidio, se suele producir poco después de la separación y, en el 82% de los casos, el asesino era el padre biológico del menor, cuya edad suele estar comprendida entre los 0 y 5 años.

Este tipo de violencia es, según el Pacto de Estado contra la Violencia de Género aprobado en 2017  “el daño más extremo que ejerce un maltratador hacia una mujer”, usando a los hijos como herramienta de control a la madre. Por eso mismo, en el 60% de los casos hubo amenazas antes del asesinato. Además, 96% de los casos recogidos en la muestra no existió ningún tipo de evaluación por parte de algún profesional sobre el estado de los menores del que haya quedado constancia.

Este estudio puso en evidencia la falta de legislación en defensa de los menores en el ámbito de la violencia machista. Tras casos muy sonados como el de José Bretón, el hombre que asesinó sus dos hijos de dos y seis años, abriendo así el debate sobre la violencia vicaria a la opinión pública; o el asesinato de Olivia y Anna, las niñas que fueron arrojadas al mar en Tenerife; la ONU ha alertado a España  de que debería “hacer más” y no caer en el falso síndrome de alienación parental, por el cual la justicia considera que la figura paterna es indispensable y mantiene los regímenes de visitas a pesar de las denuncias por maltrato. 

Casos en lo que va de 2024

La violencia vicaria, según el Ministerio de Igualdad , es aquella en la que “el hombre hace daño a la mujer a través de sus seres queridos y en especial, a través de sus hijos e hijas”. Según esta misma institución, esta forma de agredir es una parte de la violencia machista

El año comenzó con un doble homicidio en Barcelona, el pasado 8 de enero. Un hombre asesinó a sus dos hijos, de siete y diez años, mediante asfixia con gas que hizo que él también muriera en el acto. El progenitor contaba con denuncias previas de la maltrato hacia su expareja, madre de los niños, que fue quien alertó a los Mossos d’Esquadra que los niños no habían ido al colegio tras las vacaciones navideñas.

Dos meses después, el 17 de marzo, otro hombre asesinó a sus dos hijas, de dos y cuatro años, en una finca de Almería, donde él también se suicidó. En esta ocasión, el padre había sido denunciado por malos tratos a su expareja y contaba con una orden de alejamiento, pero podía ver a sus hijas debido a un régimen de visitas pactado entre él y la madre de las pequeñas.

Tras estos cuatro homicidios, abril ha sido el mes más alarmante de violencia vicaria en lo que va de año. El 3 de mayo, se conocía la noticia de que un padre asesinó a su hijo de cinco años e hirió a su pareja en Girona. El hombre expresó no acordarse del homicidio de su hijo, pero la hipótesis principal que manejaron los agentes es que el padre acuchilló a su hijo con la madre delante, a quien también golpeó y apuñaló hasta dejarla inconsciente. Tan solo pasó una semana de este caso cuando apareció uno nuevo: dos niños y su madre,  asesinados en El Prat de Llobregat. Tras matar a su mujer, el hombre asfixió a sus dos mellizos de 8 años.

Marco legal

La violencia vicaria queda recogida por primera vez en la Ley Orgánica 1/2004 del 2015 de Medidas contra la Protección Integral contra la Violencia de Género, pasando a considerar a las víctimas de la violencia vicaria como víctimas, también, de violencia de género. Tras la reforma del Código penal, los casos de asesinato de menores por violencia vicaria son penados con prisión permanente revisable.

La violencia vicaria es un problema latente en nuestra sociedad. En España, las víctimas de violencia vicaria se contabilizan desde el 2013. Desde ese año hasta este 2024 han sido 57 los niños asesinados. El último caso tuvo lugar el 10 de abril de 2024, donde una mujer junto a sus dos hijos menores de edad aparecieron muertos en la localidad del Prat de Llobregat, en Barcelona.

La violencia vicaria entendida desde la psicología

José Bretón, Tomás Gimeno, David Oubel Renedo y Felipe Rascón son algunos de los más de cincuenta hombres, al menos desde que hay registro, que han asesinado a sus hijos como ejercicio de este tipo de maltrato. Si bien es cierto que trazar el perfil criminal de esta lacra es una tarea enrevesada, pues cada caso debe analizarse de manera independiente aún persiguiendo el mismo objetivo, hay una serie de rasgos comunes reflejados en cada uno de ellos. Los dos más comunes son la sensación de inferioridad y la falta de seguridad en sí mismos. A pesar de cualquier éxito que puedan tener en el mundo exterior, se sienten impotentes y carecen de poder personal en su mundo interior, ocultando sus inseguridades detrás de una fachada de control y dominio.

Cabe mencionar que, por lo general, suele tratarse de hombres de entre veinte y cincuenta años, un amplio paraguas de edad que se ve fuertemente impactado por la influencia de las expectativas de los demás y las propias, una presión que puede tener graves repercusiones en nuestro comportamiento y bienestar emocional. Esa profunda sensación de fracaso radica en desconfianza, de tal forma que el abusador descarga su frustración interior sobre sus hijos con el objetivo de convertirse en una figura de autoridad que disfruta de la sumisión de su entorno.

Un estudio realizado por la psicóloga argentina Sonia Vaccaro en 2021, al que bautizó Estudio sobre el análisis de datos de casos de violencia vicaria extrema. Violencia vicaria: un golpe irreversible sobre las madres, puso en evidencia que la mayoría de los asesinatos (48%) se producen cuando los padres están al cuidado exclusivo de los niños, ya sea por custodia compartida (4%) o durante el régimen de visitas (4%). Estos datos sugieren que la violencia vicaria parece disminuir tras la ruptura de la pareja, aunque existen excepciones donde el abuso se torna más extremo.

En apenas cinco meses de 2024 ya se ha alcanzado la cifra anual de menores víctimas mortales de violencia de género de 2015, 2018 y 2021 juntos. De los siete casos, en tres de ellos el asesino terminaría suicidándose tras el crimen vicario. La psicóloga Carmen Sáenz Martín, con experiencia profesional en el Centro de Atención a la Infancia (CAI) y especializada en Sexualidad y Terapia de Pareja, nos ha identificado en una breve entrevista algunos de los posibles motivos por los que los casos de esta violencia extrema están aumentando tan significativamente. El principal factor lo atribuye al efecto imitación, por el cual los agresores se ven validados al observar casos similares en los medios de comunicación. Y es que se ha demostrado que las probabilidades de que se cometa un feminicidio aumentan 24 veces si en los 10 días anteriores han aparecido noticias de asesinatos de mujeres a manos de personas con las que han estado vinculadas sentimentalmente.

Sáenz alerta, sin embargo, de la importancia de no centrarse exclusivamente en los casos que han llegado a nuestras pantallas, pues suponen solo una pequeña parte de la violencia de género. El reto para luchar contra la violencia vicaria está de mano de los órganos competentes; los únicos que serían capaces de impulsar los sistemas judiciales para ofrecer, primero, sentencias más efectivas, y segundo, mejores medidas de protección y apoyo a las víctimas. Del mismo modo, es fundamental fomentar la comunicación con los menores para que sean capaces de identificar signos de abuso, y alentarlos a buscar ayuda en caso de reconocer estas señales.

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