Objetivo 4 M: una campaña electoral marcada por la polarización

Los objetivos y la forma de hacerlos llegar han marcado una diferente e histórica campaña electoral para las elecciones de la Comunidad de Madrid

La convocatoria a las urnas por parte de Isabel Díaz Ayuso surgió por motivo de los acontecimientos desarrollados en otras comunidades autónomas. El efecto provocado por la moción de censura en la Comunidad de Murcia presentada por el PSOE y Ciudadanos se trasladó a otros puntos de España. como si fuera un efecto dominó, intentó derribar la última pieza, que era Madrid. Para evitar que saliera adelante, la presidenta de la comunidad tomó la decisión por “el bien de Madrid y de España” de dejar su cargo a disposición de los madrileños. Así, decidió firmemente convocar elecciones anticipadas para el 4 de mayo. 

Ante esta convocatoria, proclamada el pasado 10 de marzo, saltaron todas las alarmas en los grupos parlamentarios madrileños. Los seis partidos más relevantes en la escala política se han enfrentado a sus dos meses más duros desde las elecciones generales de 2019. Durante estos 56 días, desde la disolución de la Cámara hasta la celebración de las elecciones, cada uno de los grupos políticos ha aunado todos sus esfuerzos para llegar al mayor número de madrileños. La presión se ha concentrado desde el pasado 17 de abril, cuando arrancaba la campaña electoral. 

Se puede decir que la campaña ha sido el punto clave para conseguir adheridos a cada una de las fuerzas políticas. Y, sobre todo, las dos últimas semanas han estado repletas de acontecimientos electorales que no han dejado indiferente a ninguna zona de la comunidad. La base de cada uno de los resultados ha estado en los quince días en los que se han desplegado las unidades políticas por todo el territorio de la Comunidad de Madrid. En cada rincón, han protagonizado sus actos de campaña, rodeados de sus votantes y también de sus contrarios.

En general, los mítines se han desarrollado adecuadamente y la mayoría de ellos se han centrado en puntos que se consideran clave para el buen futuro de los madrileños. Uno de los enfoques más reticentes en cada uno de estos encuentros lo han protagonizado los jóvenes. La situación de este colectivo ha sido el principal problema al que han querido hacer frente los aspirantes. Con sus propuestas, han instado a la mejora de su calidad de vida en la Comunidad de Madrid.

 

Los jóvenes son el futuro  

El Partido Popular ha sido contundente en sus propuestas centradas en reducir el gasto que supone para los jóvenes el vivir e independizarse en Madrid. Se ha centrado en medidas que propician la bajada de alquiler o el coste universitario. David Enguita, presidente del PP de Villalbilla y número 111 de la lista de los populares, afirmaba que la juventud tiene que dejar de ser espectadora. Además, “pasar a ser jugadora de primer nivel en la política”, involucrando a este colectivo en el presente político.

Con el mismo número de propuestas, el Partido Socialista ha optado por guiar sus promesas hacia la labor pública para conceder una mejora en la economía juvenil. No ha olvidado la situación de los menores extranjeros no acompañados, a los que pretende brindar la garantía de sus derechos.

También centrados en el ámbito económico, la formación naranja fija su objetivo en la creación de viviendas de titularidad pública. Apuestan por los alquileres sociales para fomentar la emancipación de los jóvenes. Ademásaseguran que se tiene un verdadero problema con la emancipación en estos momentos. Los abonos juveniles para implementar tanto el desplazamiento como el ocio dentro de la comunidad, con una apuesta ferviente por la cultura, son otros de los objetivos de Ciudadanos. También destaca su apuesta por una universidad “más efectiva y centradas en las necesidades requeridas en el mercado laboral”, como asegura Joaquín Patilla, un joven emprendedor que ha formado parte de la candidatura de Ciudadanos. La líder de la formación naranja, Inés Arrimadas, se pronunció sobre el llamamiento a los jóvenes en el programa político de Ciudadanos:

Por su parte, Más Madrid ha optado por la vía laboral y el acceso al primer empleo. Ha presentado un programa para terminar con “las generaciones de jóvenes que han ido heredado crisis”. Todo ello sin olvidar la polémica situación de la salud mental, que exige una ley que la ampare. Ya que, desde Más Madrid, se considera que “a nivel nacional siempre ha sido un tabú”.

Unidas Podemos ha seguido la línea de sus contrincantes, poniendo el foco de atención en la economía juvenil. Ha guiado su política hacia los centros públicos, además de hacer un fuerte hincapié en la formación profesional. 

En el caso de VOX, no ha dedicado ninguna de sus diez propuestas a los jóvenes, centrándose en impuestos y libertad. Estos son los aspectos que consideran “verdaderamente necesarios”

 

Una campaña electoral marcada por enfrentamientos “todos contra todos”

Todas estas propuestas las han gritado a pleno pulmón en cada uno de los encuentros que han protagonizado los aspirantes a la presidencia con sus simpatizantes, y con los que no lo han sido tanto. Algunos de ellos se han topado con ciudadanos que en muchas ocasiones han cargado su rabia contra ellos. Un ejemplo de ello es el caso de Santiago Abascal en uno de sus mítines en Vallecas o en Navalcarnero. Se han detenido sus  intervenciones ante el lanzamiento de objetos y piedras, un hecho común que ha marcado el devenir de muchos actos de campaña del partido. 

Sin embargo, el debate en Telemadrid supuso el primer, y único, cara a cara de los seis aspirantes a la presidencia de la Comunidad.  Este encuentro ha marcado un punto de inflexión en las relaciones políticas. Ha ofrecido enfrentamientos, críticas y duelo entre los candidatos de izquierda y derecha. Los primeros se vivieron al hablar de la gestión de la pandemia del coronavirus que se había hecho desde la presidencia. Esta ha sido defendida por el Partido Popular y a la que VOX incitaba más “libertad”.

Los ataques despectivos y el vocabulario utilizado por cada uno de los participantes fueron el centro del debate. Ayuso tachó a Pablo Iglesias de “mezquino” y Mónica García habló de echar a VOX pidiendo un “no a la ultraderecha” por parte de los madrileños. Un debate de “todos contra todos” que no dejó visible ningún pacto posible entre los partidos que se han presentado a las urnas. 

Atendiendo al devenir de los acontecimientos, el debate se ha convertido en el punto de partida que ha provocado momentos que, lejos de ser comunes, han ocasionado gran crispación en la sociedad. Cartas, balas y enfrentamientos en los estudios de radio han marcado el rumbo de esta campaña electoral. Nada normal a comparación con otras ya vividas.

Tanto la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, como el candidato a la presidencia de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, han recibido en continuadas ocasiones cartas amenazantes acompañadas de balas que en ambas ocasiones han sido interceptadas por la Guardia Civil. Unos hechos en los que el propio Rey Felipe VI se ha visto involucrado. Ha sido criticado por el líder de la formación morada por no pronunciarse ante estos sucesos.

En cuanto a los enfrentamientos, de nuevo, han sido protagonizados por Iglesias.  Pero, esta vez, acompañado en el otro lado del ring por la cabeza de lista de VOX, Rocío Monasterio. La disputa protagonizada en los estudios de la Cadena Ser hizo que la moderadora, Àngels Barceló, se encontrara en una encrucijada. Al final, terminó con el abandono de Iglesias del debate político

A diferencia de la Zarzuela, los grupos políticos han tomado posición en los hechos. Candidatos como Manuela Bergerot, tercera en las listas de Más Madrid, considera que estos acontecimientos ponen “en peligro la convivencia de los madrileños y las madrileñas por la irresponsabilidad de quienes tienen cargos públicos y lo único que generan son discursos de odio”. De esta manera se ha pedido desde los partidos restantes que los madrileños rechacen estas conductas y a los extremos, argumentando en todo caso que no son buenos. 

Sin duda, la atípica campaña electoral madrileña no lo ha sido especialmente por las circunstancias sanitarias, algo a lo que la ciudadanía estaba acostumbrada, sino por la polarización y crispación de sus quince días de encuentros y disputas. Los carteles expuestos por los partidos políticos, las críticas continuas, los enfrentamientos y las amenazas, verbales y físicas, protagonizan esta nueva forma de hacer política. Una modalidad, que aun con sus tintes extremados, puede que sólo se reduzca a un nuevo mensaje político para un nuevo momento.

Sea como fuere, estas dos semanas quedan guardadas como una paz tensa en los albores de una nueva etapa. Y, los resultados del 4 de mayo, han mirado con atención los fallos y aciertos en la estrategia de estas pasadas jornadas electorales. Todos ellos, reflejados en las urnas.

 

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