Software libre, otra forma de entender el conocimiento

Es posible que el concepto de software libre no sea especialmente conocido, pero cada vez está más presente en nuestras vidas, y es posible que todos hayamos hecho uso de él en algún momento.

A pesar de lo que su nombre pueda dar a entender, “software libre” no hace referencia a la gratuidad de un producto, sino a su licencia. Para poder considerar que un software es libre deberá encontrarse en él lo que se denomina “las cuatro libertades”:

  1. Libertad de uso
  2. Libertad de estudio
  3. Libertad de distribución
  4. Libertad de mejora

 

En esta línea, podemos intuir que la finalidad última de estos programas informáticos va más allá de proporcionar herramientas de coste cero a la ciudadanía, sino que se enmarcan dentro de una filosofía más amplia que busca crear una comunidad global basada en la cooperación. 

Ordenador HP
Ordenador HP Nuripoll, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Un futuro desagradable rodeado de software privativos

El precursor de este movimiento social fue Richard Stallman, que en 1983 fundó el proyecto GNU, con la intención de combatir, en sus propias palabras “un futuro desagradable rodeado de software privativos”Casi treinta años después, el movimiento sigue sumando adeptos que aportan su grano de arena para combatir la brecha digital. Muchos centros de estudio utilizan este tipo de programas para iniciar a los más jóvenes en el mundo de las tecnologías y las redes sociales.

 

La principal controversia que surge alrededor de este movimiento es la de cómo compensar a los programadores y las empresas que dedican su tiempo y recursos a crear estos servicios. 

Sobre esta cuestión Stallman sostiene que es importante entender que el hecho de que un software sea libre, no implica que su creador no pueda solicitar el pago de sus servicios, aunque en muchos casos “el placer de expresar la creatividad” es suficiente recompensa. Es decir, el hecho de que el software sea de licencia libre, no quiere decir que su uso no pueda ser comercial. Sin ello, el software no podría alcanzar sus objetivos.

David Begara, ingeniero de software, señala a la empresa Apple como ejemplo de cómo sacar rentabilidad de este tipo de proyectos. La conocida multinacional ha optado por hacer gran parte del software del que dependen sus productos insignia libre y de código abierto. De esta forma  ha conseguido mejorar exponencialmente su eficiencia, gracias a que hay cientos de personas externas a la compañía que desarrollan para Apple por la simple satisfacción de saber que forman parte de algo útil para la sociedad. 

 Las “licencias permisivas”

Con la intención, precisamente, de apaciguar la relación con las grandes corporaciones, en los últimos años ha surgido un nuevo término, el Open Source,  que apuesta por “licencias permisivas”, que no obliguen a los desarrolladores a hacer público el código fuente. De hecho, Apple se enmarca más en este tipo de apuestas que en las de software libre, ya que así puede reservarse sus códigos en vista de no ser copiado por otras compañías. Igual que ellos, otras compañías icónicas, como PlayStation o el fabricante de televisores Vizio, utilizan este tipo de software para sus productos.

A pesar de la variedad de términos, a día de hoy, la mayoría de software que usan Open Source también cumplen los términos de software libre. De hecho, son muchas las aplicaciones que habitualmente utilizamos y se enmarcan dentro de esta cultura. Algunas de las más famosa dentro del mundo de la educación son Moodle, que permite la creación de aulas virtuales; Libreoffice, o editores libres como Gimp y Audacity. Justamente en este campo, el de la educación, es uno de los que más se promociona este tipo de software, que permite a todos los centros ofrecer alternativas digitales a sus alumnos. Una de las iniciativas más conocidas sobre la difusión del software libre es la de los centro ‘Guadalinfo’. La Junta de Andalucía implementó una forma de que cualquiera que no tuviese recursos para acceder a internet de banda ancha pudiera hacerlo a través de ordenadores de uso público. Los dispositivos contaban con el sistema operativo Guadalinex, uno de los sistemas más conocido del entorno de este tipo de sistemas de licencia libre.

Sin embargo, podemos encontrar incluso software tan potentes como OBS Studio,  una de las aplicaciones más utilizadas por creadores de contenido audiovisual en plataformas como Twitch o Youtube que permiten emitir en directo a los conocidos streamers a través de un sistema que presenta una interfaz de doble pantalla y cuyo uso se ha extendido a lo largo de los últimos años. 

El software libre permite a los usuarios poder compartir conocimiento y contenido sin que deba existir una monetización intermedia, y, sin duda, ofrece grandes ventajas a empresas y usuarios, pero también a jóvenes programadores que buscan iniciar su carrera de manera autónoma. David Begara es uno de ellos. Este joven de 21 años trabaja actualmente como ingeniero de software, pero dio sus primeros pasos en el mundo de la programación cuando aún estaba en el instituto, y admite que si no hubiera tenido este tipo de recursos no podría haberse permitido lanzar su carrera tan rápidamente. “Empresas como Apple me han dado la oportunidad de formarme de manera alternativa, sin haber tenido que esperar cinco años a terminar una carrera o haber invertido en formación privada”.

Sin duda, el software libre ha llegado para quedarse, y cada vez son más los organismos e, incluso, empresas privadas que apuestan por él, o, como hemos visto, por propuestas basadas en los ideales que Stallman  dejó plasmadas en el Manifiesto GNU en 1983. 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *