Cambios en los hábitos de consumo: cómo la pandemia ha provocado una disminución de personas fumadoras

El 14 de marzo de 2020 se decretaba el estado de alarma en España debido a la crisis sanitaria producida por el Covid-19. Se declaraba un confinamiento obligatorio que nadie sabía que duraría hasta el 2 de mayo. Desde entonces, y  a la vez que ha evolucionado la pandemia, los estilos de vida que conocíamos se han visto modificados. La pandemia del Covid-19 ha obligado a la sociedad a cambiar en muchos aspectos. Algunos de ellos han sido negativos, y otros no tanto: un 1,4% de españoles ha dejado de fumar después del confinamiento.

El Covid-19 fue la primera causa de muerte en España durante el 2020 ocasionado más de 66 mil fallecidos. Por su parte, el consumo de tabaco produce cada año en España al menos 69.000 muertes. Y no solo eso, anualmente, consume más de 1,7 millones de años de vida y provoca la aparición de miles de nuevos enfermos crónicos. La presión que ha ejercido el Covid-19 en el sistema de salud pública durante el último año ha llevado a los centros sanitarios a su límite en numerosas ocasiones. Mientras, el tabaquismo, una de las muchas enfermedades silenciosas que ha pasado a segundo plano, sigue acabando con muchas vidas.

Teclas de ordenador. Asoma una mano con un cigarro apagado. A lado derecho una taza de café. Al lado izquierdo, un mechero y un paquete de tabaco.
Imagen de un usuario tele-trabajando // Autora: Clara Hernández

No solo es una de las principales causas de mortalidad en España. A parte de generar muertes, también disminuye las expectativas de calidad y la esperanza de vida, ya que su consumo empeora el curso de las enfermedades respiratorias. Y ahora, los riesgos de ser fumador han aumentado. Después de un año de investigación, se ha concluido que existe una correlación negativa entre la enfermedad del Covid-19 y el tabaquismo. El riesgo de desarrollar de una forma más graves los síntomas del virus aumenta un 1,45 % en las personas que son fumadoras.

Un 29% más de posibilidades de notificar 5 o más síntomas de Covid-19, y un 50% más de probabilidad de reportar 10 síntomas o más. A estos porcentajes se enfrentan las personas fumadoras, de acuerdo con el mayor estudio realizado hasta ahora sobre esta cuestión, dirigido por Hopkinson en el Reino Unido y que cuenta con 2,4 millones de encuestados. Según los datos aportados en la investigación, cuanto mayor es la expresión de receptores ACE-2, que están presentes en los pulmones de los fumadores, más peligrosa se vuelve la enfermedad . El riesgo de recibir cuidados intensivos e intubación aumenta un 24% en las personas fumadoras.

Cenicero en la cornisa de una ventana. Asoma una mano con un cigarro encendido.
Durante el confinamiento, mucha gente fumaba en sus ventanas // Autora: Clara Hernández

Y no solo son los factores médicos. También la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó que existe una probabilidad de que los fumadores sean más propensos a contagiarse de Covid-19 debido a la manipulación de los cigarrillos y el contacto de los mismos con los labios. Todo ello, ha terminado por advertir un cambio en los patrones de consumo de tabaco. Si bien es cierto que el riesgo de contraer la enfermedad y las posibles complicaciones no ha logrado eliminar el hábito al completo, sí que ha logrado disminuirlo. Los datos volcados en la encuesta OEDA-Covid 2020, elaborada por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, dependiente del Ministerio de Sanidad, son una evidencia de ello.

Esta encuesta, diseñada para obtener información significativa y representativa de la población española sobre los potenciales cambios en las adicciones que la pandemia está configurando, ha demostrado que tanto la situación como las medidas adoptadas para el control de los contagios han supuesto un impacto, además de sanitario, social y personal a todos niveles. El estrés, la incertidumbre, y el pasar más tiempo en nuestros hogares han afectado a la forma y la cantidad en la que se consume el tabaco.

En primer lugar, es destacable la caída del consumo. El 27,7% de los entrevistados, de entre 15 y 64 años, afirmaron consumir tabaco durante la pandemia por Covid-19. Sin embargo, el 29,9% afirmó haber consumido tabaco antes de la pandemia. Por lo tanto, se observa una disminución significativa. De estos, el primer caso eran 28% en hombres y 27,5% en mujeres. En el segundo, 29,7% en hombres y 28,6% en mujeres.

En relación con la disminución, también es destacable que, según la edad, los jóvenes de hasta 24 años son los que más han reducido su consumo. El 35,5% de los jóvenes entrevistados de entre 15 y 19 años afirmaron fumar antes de la pandemia. Sin embargo, durante la pandemia, el porcentaje se redujo también significativamente, quedando este en el 32,3%. De igual forma sucede con los de entre 20 y 24 años, el 32,3% afirmó fumar antes de la pandemia, y durante, el 29,3%. Se concluye que los cambios en patrones de consumo son mayores entre las personas más jóvenes, pues estas se han llevado el mayor porcentaje de abandono y disminución del consumo. A medida que aumenta la edad, aumenta el porcentaje de no consumidores de tabaco y, entre las personas más mayores, lo más habitual es el mantenimiento del consumo sin producirse grandes cambios.

Esta disminución, aunque en un principio parece mínima, se ha visto reflejada en el mercado del tabaco. Según las estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Hacienda (enero-marzo), en 2021 las ventas en unidades físicas de distintos tipos de cigarrillos fueron de 561.914.647 y en 2020, de 646.439.886. Se evidencia la disminución del consumo.

Sin embargo, no todo ha sido bueno. La situación ha provocado el aumento de la incidencia entre los que no han dejado de fumar.  Durante el confinamiento, el 23,4% de las personas encuestadas afirmaron fumar a diario, el 5,7% reconoció que había aumentado su consumo, y el 1,2% comenzó a fumar.

En este último año un 2,6% de los fumadores lo ha dejado por completo, mientras que un 8,1% ha disminuido su consumo de tabaco. En el polo opuesto tenemos que alrededor del 1,2% han empezado a fumar y un 5,7% fuman más cigarrillos diarios.

¿Seguirá evolucionado el consumo de tabaco de manera positiva?

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