Leyanet Hernández Alcedo. La Habana, Cuba, 1997. Se mudó a Nueva York a los 8 años junto a su madre, y ha pasado toda su vida en el barrio de Queens. Con 24 años se licenció en “Goverment and Politics, Bachelor of Science” en la St. John’s University. Actualmente trabaja en el departamento de Servicios Sociales del Condado de “Queens” en Nueva York.
Pregunta: Llevas 19 años en Estados Unidos, has visto pasar a 4 presidentes y este año en 2025 Donald ha repetido en la casa blanca ¿has notado un cambio en este último mandato?
Respuesta: De Bush hijo no tengo mucho recuerdo, y del primer mandato de Obama tampoco. Ya con su segundo mandato sí que me empecé a interesar más por la política e iba siendo consciente de los mítines y ruedas de prensa que hacía el presidente. Con la llegada de Trump en su primer mandato, la comunidad cubana sufrió un seísmo. Tengo el recuerdo de mi madre preocupada por la deportación, pese a que obtuvimos la nacionalidad años antes. Es un miedo inevitable al sentirte una intrusa y señalada por tu propio presidente como una amenaza.
Con la llegada de Biden, estaba a punto de graduarme. Para mí y mi familia fue un alivio su victoria en las urnas. Guardo un muy buen recuerdo de su paso por el Despacho Oval. Llegando al fin de su mandato fue cuando empecé a trabajar en el Departamento de Servicios Sociales de Queens, donde sigo hoy en día.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 31, 2025
En este segundo mandato de Trump, respondiendo a tu pregunta, sí que he notado un gran cambio, más que nada en su discurso y en el cambio ideológico de la sociedad.Su discurso de odio hacia los migrantes se ha radicalizado, y la sociedad también. Como cubana, tengo miedo a cómo puede evolucionar. Todo ha escalado muy rápido: en tan solo dos meses ha cumplido, por desgracia, todas sus promesas electorales, castigando a todos esos migrantes trabajadores que son el motor de la economía estadounidense, en los que me incluyo.

P: Siguiendo con Trump, ¿cuál es tu opinión y tu análisis como politóloga de la cancelación del programa denominado “parole humanitario”?
R: Bueno, este programa fue implementado por el expresidente Joe Biden. Lo que permitía era que los migrantes que tenían patrocinadores —que, para quien no esté familiarizado con la política estadounidense, un patrocinador es una persona que se compromete a apoyar financieramente a las personas que tienen intenciones de emigrar a Estados Unidos— esta figura les ayudaba a que pudieran regularizar su situación. Esta figura en la mayoría d ellos casos es un requisito esencial.
El problema es que, ahora, con la vuelta de Trump, este programa se ha cancelado. Aparte de que ya nadie podrá acceder a él, es que quienes accedieron en su momento perderán su estatus legal temporal. Creo que no hace falta que dé mi opinión, ¿no? Las cifras hablan por sí solas: cerca de 530 mil personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, a partir de este 24 de abril, quedarán pendientes de procesos de deportación.
Ya fuera del plano político, y no como politóloga, sino como persona, es consternador ver a estas familias que han estado años trabajando duramente por conseguir este falso sueño americano, que se las traicione y tengan que regresar injustamente a sus países. Como politóloga, te diré que ojalá Estados Unidos se pareciera un poco más a las democracias europeas, para que un solo hombre, en este caso el presidente, no tuviera el poder absoluto. Además, en este mandato, Donald Trump cuenta con mayoría en el Congreso de los Estados Unidos, por lo que puede hacer y deshacer lo que quiera, como tristemente estamos viendo. Para mí, es una traición a los migrantes.
P: Se han llevado a cabo ya numerosas protestas contra el presidente y sus medidas contra los migrantes ¿crees que servirán para frenar sus planes contra la inmigración?
R: Por desgracia, creo que no. Debemos tener claro que lo que ha hecho con el “parole” es un acto casi de traición, ya que, si el anterior presidente lo concedió respaldado por el Congreso de Estados Unidos, lo mínimo sería que, si decides cancelarlo y no permitir la entrada de más personas, al menos a las que ya están les mantengas su condición. Hay que recordar que la han obtenido legalmente, no es que sean irregulares.
Por lo tanto, me repito en que no, no hay quien pare a Donald Trump. Él está por encima del bien y del mal, y por encima de la ley, como estamos viendo. Porque repito, y quiero que quede claro, que esos migrantes, muchos de ellos compatriotas míos, están en este país de manera LEGAL.
En cuanto a las protestas, en mi opinión, pocas hay; pocas para la situación de terror que están viviendo miles de familias. Porque no son individuos, hablamos de familias enteras.
P: Ya que has mencionado a tu comunidad, la cubana, ¿cómo perciben estos las políticas migratorias de Trump?
R: A ver, hay que tener en cuenta que la comunidad cubana es muy diversa. Yo siempre que lo hablo con la gente lo explico así, mira: se dividen en dos bandos. En un bando están los que sienten temor e incertidumbre por su futuro en Estados Unidos, que suelen ser los beneficiarios del “Parole” humanitario y saben que sus días en el país pueden estar contados.
El segundo bando es el de los veteranos, como les llamo yo. Son los cubanos más conservadores que llegaron al país hace décadas y, obviamente, tienen un pensamiento distinto. Por extraño que suene, estos cubanos apoyan a Trump, básicamente por el discurso que tiene contra el régimen cubano. Lo que no se dan cuenta es del daño que hacen al votarle.
P: Como trabajadora del departamento de servicios sociales de Queens ¿Cómo crees que afecta emocional y psicológicamente el vivir bajo la amenaza de ser deportados?
R: Por mi experiencia te diré que es devastador he atendido casos incluso de personas con depresión severa, causada por ese miedo e incertidumbre constante de poder ser deportado o separado de tu familia, incluso los que tienen una situación regular estable desde hace años están afectados y se sienten vulnerables, porque cuando se demoniza a un colectivo desde las instituciones, en este caso a los migrantes como grupo es imposible que alguien se sienta seguro.
P: Hilando con una de las respuestas anteriores, ¿crees que será capaz el congreso o los tribunales de parar las políticas migratorias de Trump?
R: Pues como he dicho antes en teoría deberían poder, pero la situación es bastante compleja. Trump tiene mayoría republicana en el congreso por lo que tiene margen de maniobra para utilizar el miedo y la polarización a sus anchas como herramientas políticas, esto lo hace adrede para que sea imposible llegar a un consenso. En cuanto a los tribunales, en el pasado hay ejemplos de bloqueos de políticas migratorias, pero no siempre llegan a tiempo.