El fútbol femenino está viviendo un crecimiento notable en las últimas décadas, y tiene unas raíces tan profundas como las del fútbol masculino. El primer partido de fútbol femenino oficial se disputó el 23 de marzo de 1895, aunque ya en la década de 1880 tuvieron lugar varios encuentros. Pero, por diversos motivos, no se pudieron calificar como partidos oficiales, por lo tanto, el encuentro entre el North y el South en el campo del Crouch End Athletic, en Londres, ha pasado a la historia como el primero en su género. No solo supuso el inicio del fútbol femenino, también fue toda una revolución debido a la vestimenta de las jugadoras. Los uniformes consistían en blusas, gorras y bombachos, unos pantalones muy amplios que se ceñían a la pierna un poco más abajo de la rodilla, en una época en la que las mujeres solían llevar faldas largas, incluso cuando competían deportivamente.
Aunque mucho antes ya había zonas en las que se permitía a las mujeres jugar a distintos juegos de pelota similares al fútbol (ya que por aquel entonces no existía el fútbol como tal). Es el caso de China en el 2500 a.C., durante la dinastía Han; existía un deporte denominado Hsu Chu, que se jugaba también con un balón el cual había que meter en una red, pudiendo usar cualquier parte del cuerpo excepto las manos, como en el fútbol actual. También en zonas de Europa, como Francia y Escocia, se permitía a las mujeres participar en varios juegos de pelota.
El primer equipo de fútbol femenino fue fundado en Reino Unido entre 1884 y 1885, por la activista y defensora de los derechos de la mujer Nettie Honeyball. Este equipo debutó en el primer partido de fútbol femenino de la historia, tal y como se ha mencionado anteriormente. Fueron entrenadas por J. W. Julian, jugador del Tottenham Hotspur y su presidenta era Florence Dixie, una periodista y viajera que por aquel entonces era una conocida feminista. En una entrevista con el periódico británico Daily Sketch en 1895, Honeyball habló sobre la creación de un equipo de fútbol femenino “Fundé el club a finales del año pasado, con el objetivo de probarle al mundo que las mujeres no son esas criaturas ‘ornamentales e inútiles’ que los hombres pintan. Debo confesar que mis convicciones en todos los asuntos en los que los sexos están tan profundamente divididos están todos de parte de la emancipación, y deseo la llegada de un tiempo en el que las mujeres se puedan sentar en el Parlamento y tengan voz en la gestión de todos los asuntos, especialmente en aquellos que las conciernen más”.
El fútbol femenino en España
El fútbol es el deporte rey por excelencia que despierta pasiones en España. Sin embargo, su vertiente femenina no goza de los mismos privilegios y sigue siendo uno de los grandes olvidados del deporte español.
El fútbol femenino en España no conseguiría abrirse paso hasta la II República, aunque antes ya causó sensación Irene González, portera que en 1920 jugó varios partidos de exhibición con un equipo de veteranos coruñeses. Esta experiencia fue rápidamente truncada con la llegada del franquismo. El deporte sería controlado por la Falange y, en el caso de las mujeres, a la Sección Femenina de Pilar Primo de Rivera, más preocupada de que el papel de las mujeres sea el de fieles esposas, sacrificadas y sumisas.
No sería hasta 1970 cuando el fútbol femenino volvió a resurgir. Muchos clubes tienen sección femenina, como el Atlético de Madrid, el Español, el Athletic de Bilbao o el Levante. Sin embargo, no todos los clubes de fútbol cuentan con esta sección. Uno de los mayores clubes de fútbol de España, el Real Madrid, no cuenta con ella. Ramón Calderón, presidente del Real Madrid, prometió durantes las elecciones para designar presidente, que se crearía una sección femenina dentro de este gran club. Sin embargo, al final se redujo a apadrinar al Pozuelo C.F.
El fútbol femenino es minoritario, por lo que para relanzar este deporte se debe invertir más en él. Para ello, La Junta Directiva de la Federación Española de Fútbol (RFEF) aprobó una nueva liga de fútbol femenina. De esta forma, pretende que el fútbol pase a ser más igualitario.
Las niñas también juegan al fútbol
Aunque no muchas y poco reconocidas, en España también hay mujeres futbolistas. Entrevistamos a una de ellas, Ruth Martínez, jugadora de la A.D. Alhóndiga. Ruth comenzó a jugar al fútbol a los siete años, cuando empezó en la Escuela de Fútbol de Valdemoro. Allí estuvo tres años jugando en Fútbol 7 y otros tres en Fútbol 11, para después irse al ADYC en Pinto, para jugar de preferente durante dos años. Actualmente lleva dos años en el Alhóndiga.
Ruth asegura que la vida de una mujer futbolista no es fácil, al ser el fútbol un deporte masculino por excelencia. Los niños que juegan al fútbol, ya sea en el patio del colegio o en un campo más profesional, no están acostumbrados a ver niñas jugando al fútbol, y eso tardará en cambiar. Muchos incluso la consideraban inferior, hasta que se dieron cuenta de que que Ruth fuera una chica era lo que menos importaba; esa simple chica sabía jugar y podía ganarles.
El número de jugadoras de fútbol es muy inferior al número de jugadores. Ruth ve difícil que una jugadora de fútbol pueda llegar a ganarse la vida sólo jugando al fútbol. De momento eso está solo reservado para jugadores masculinos, que pueden llegar a ganar millones mientras que una mujer podrá ganar mil euros. Ruth reclama más subvenciones y que se invierta más dinero en el fútbol femenino, a la vez que se le da más visibilidad. Aunque cada vez se televisan más partidos, la igualdad aún está lejos de conseguirse. Para empezar, habría que invertir más dinero, nos cuenta Ruth, y cuando haya al menos el mismo dinero en el fútbol femenino que en el masculino, podremos decir que hay igualdad.
El Mundial de Fútbol Femenino comenzará el próximo 7 de junio en Francia, y aunque se le da mucha más visibilidad que hace cuatro años (esta vez ya se han agotado las entradas para numerosos partidos, como las semifinales o la final, y se hará una cobertura mediática mayor que en el mundial de Canadá de 2015), aún está, como todo lo que lleva la palabra femenino detrás, lejos de conseguir esa igualdad con el fútbol masculino que tanto ansía y merece.