Investigación como política de Estado

El imparable número de casos de cáncer ha demostrado la necesidad de financiación y ayuda del Estado para la investigación, con el fin de conseguir soluciones públicas. Las entidades privadas ganan camino a la sanidad pública por motivos financieros y aquellos afectados que no dispongan de los recursos suficientes pueden sufrir las consecuencias de la falta de inversión en la investigación pública.

El cáncer sigue siendo una de las enfermedades que más vidas se cobra en el mundo, y por supuesto también en España. Solo en este 2025, y según los cálculos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), se alcanzarán los 300.000 casos diagnosticados. Los datos son devastadores: casi 10 millones de personas fallecen anualmente en el mundo por esta enfermedad, y las predicciones no son favorables, ya que se prevé que las cifras aumenten a 16 millones para el año 2040.

Por eso, desde nuestro medio, queremos recalcar la importancia de la innovación y la ciencia en la medicina actual, ya que hoy en día, y gracias a los avances sociales y tecnológicos, tenemos la suerte de que los laboratorios diseñen terapias más precisas contra el cáncer, y que los médicos personalicen los tratamientos de una manera que nunca antes se había realizado. Por suerte, la ciencia parece estar, por fin, de parte de los pacientes. Podemos empezar a ver los resultados. ¿Pero sabemos realmente lo que esto significa?

Significa que los esfuerzos económicos están dando sus frutos. Los pasados días 24 y 25 de abril ha tenido lugar en Málaga la III Reunión Nacional Multidisciplinar de Innovación en Cáncer, organizada por el Servicio Integral de Oncología del Hospital Quirónsalud Málaga. Las jornadas han acogido a más de 200 especialistas. Esta tercera edición ha sido todo un éxito: se han mostrado avances en terapias dirigidas, inmunoterapia, biopsias líquidas, y se ha pasado de tratamientos de “masas” a soluciones “personalizadas”. Lo que no vemos normal desde Aruseros es que el organizador de estas jornadas y uno de los mayores inversores sea una empresa de salud privada como es Quirónsalud. Es importante citar, para esta argumentación, que España se posiciona como uno de los países más activos en ensayos clínicos del mundo, y esto es gracias, en parte, a la excelente sanidad pública que tenemos, y eso que no se le dan los recursos que se le deberían dar.

Es aquí cuando entramos en materia: médicos, biólogos, bioinformáticos, ingenieros… todos ellos son necesarios en el avance para la investigación. Pero en un país como España, donde uno de nuestros mayores tesoros es la sanidad pública, no podemos dejar que sea una empresa privada quien lidere la carrera contra la lucha contra el cáncer. Por supuesto que debe haber colaboración público-privada, pero creemos que, como país y como sociedad, debemos impulsar aún más la sanidad pública, y sobre todo el aspecto de la investigación contra el cáncer y otras enfermedades mortíferas. No podemos depender, como país, de empresas privadas, eso sí, salvo que queramos convertirnos en el país de la Coca-Cola y el Big Mac, y que cuando vayamos al hospital nos pidan primero la cartilla del banco y luego nos operen. Como medio que defiende lo público, nosotros nos negamos a esto.

Por eso, desde este nuestro medio, queremos hacer un llamamiento a que se sostenga e incremente la inversión pública estatal en Ciencia, y que, de una vez por todas, se entienda la innovación como una política de Estado. Algo que los expertos llevan reclamando en España décadas, y nosotros sumamos a esta reclamación, ya que la guerra contra el cáncer, y otro tipo de enfermedades raras, no solamente se lucha en quirófanos y laboratorios, sino que hay que luchar también desde los presupuestos del Estado, la educación y desde la conciencia social, ya que sin la ciencia no hay salud. Y si esta salud y estos avances no vienen acompañados de la mano del Estado, estaremos perdiendo como país lo que más nos tiene que enorgullecer de ser españoles: nuestra sanidad.