Atención Primaria en lista de espera

La Atención Primaria en Madrid está atravesando su peor momento tras la pandemia. Se trata de la Comunidad que menos presupuesto destina por habitante a este sector, liderando el ranking de la peor Atención Primaria en el país. Con una media en España de 211 euros por habitante, Madrid solo invierte 150 euros. La calidad del servicio se ve consumida ante esta situación provocando largas esperas, demoras en las citas y falta de personal. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FDASP) ha denunciado este estado el pasado 12 de abril con motivo del Día de la Atención Primaria. Consideran que están sufriendo una situación “crítica” e “intolerable”.

Además, las relaciones entre la presidencia y el sector sanitario siguen siendo tensas. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya puso en entredicho el trabajo de los sanitarios. Fue mediante unas declaraciones por las que ha sido denunciada por CCOO Madrid ante el Juzgado de Primera Instancia. Afirma que no piensa presentarse a declarar el próximo 29 de abril. Por su parte, la FADSP pide un “cambio de política”  y denuncia que la Atención Primaria no se siente protegida por un gobierno que “desatiende intencionadamente la Atención Primaria de la región”. Este enfrentamiento ha tensado las comunicaciones provocando que la Atención Primaria caiga arrastrando una situación que ya estaban sufriendo desde la pandemia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado la ocasión para reclamar a Isabel Diaz Ayuso la mala gestión que está ejerciendo en el sector sanitario. Este hecho se ha visto reflejado en un aumento en el número de seguros privados. Los madrileños se han visto obligados a buscar una opción en la que no tengan que sufrir largas listas de espera. También destaca la necesidad de personal suficiente para atenderles correctamente.

Desde que el COVID-19 ha puesto en evidencia las carencias del sistema sanitario español poco se ha hecho para reforzar este servicio básico. Las miradas se han enfocado tras la pandemia en intentar paliar los estragos que ha provocado este virus, ignorando que siguen existiendo otras muchas enfermedades que han quedado ahora relegadas por la falta de recursos, teniendo que elegir a qué se presta mayor atención. Cuando en un hospital incrementaban los ingresados por el coronavirus, se sustituían plantas destinadas a otras patologías para poder aislar a los enfermos, dejando a la merced de la subida o bajada de contagios espacio para enfermos de otro tipo.

Además, este poco interés que muestra el poder político se traduce también en horas de retraso en la atención de los centros de salud, generando colas insoportables. A día de hoy, una cita con tu médico es similar a la entrada en boxes en una carrera de Fórmula 1. La salud mental, que ahora está adquiriendo mayor visibilidad, sigue siendo uno de los aspectos más ignorados. Desde el Gobierno se ha afirmado que se destinará una suma de dinero a esta causa. Sin embargo, parece un sueño que realmente se llegue a ver una real implicación en un sistema donde lo más básico de todo se está viendo tan afectado.

A lo largo de las últimas décadas, hemos podido observar cómo ante cualquier crisis las consecuencias siempre han llegado a los hospitales. Desgraciadamente, el COVID-19 no va a ser el último problema al que le va a tener que hacer frente el país. Estamos viviendo una subida de precios a niveles estratosféricos en los diferentes bienes y servicios. Todo esto vaticina una inminente crisis económica. Cuando el panorama económico se vuelva más hostil, ¿estará el gobierno a la altura de solucionar las carencias en el sistema sanitario?

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