La desigualdad: la pandemia crónica

 

Jordi Sarrión. Madrid

 

Las imágenes de personas sin techo que pasan las noches al raso en el aparcamiento de un hospital del Estado de Nevada (EE.UU.) en plena pandemia de Covid-19 estremecieron al mundo. Esta situación alertó nuevamente de las enormes desigualdades existentes incluso dentro de los Estados con las economías más desarrolladas en Occidente. Parece ser que quienes vaticinaron el fin de la Historia como el pensador Francis Fukuyama se equivocaron: en pleno siglo XXI se ha puesto de manifiesto que la sociedad se encuentra en los albores de una nueva crisis económica, que puede ser letal en lo concerniente a las desigualdades. A día de hoy, el 50% más pobre del mundo posee la misma riqueza que las 8 personas más ricas.

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Las ocho personas más ricas del mundo poseen la misma riqueza que el cincuenta por ciento más pobre. / CC-BY-SA Autora: Noelia Casado

De acuerdo con el relator de la ONU Philip Alston en su visita a España a finales del 2019, la crisis de 2008 intensificó los niveles de pobreza y los índices de desigualdad en España y sumió en la pobreza a uno de cada seis miembros de la clase media. Una pobreza que, según fuentes de Naciones Unidas todavía no han logrado superar. Si bien los considerados países “desarrollados” salieron de la crisis económica en términos macroeconómicos, tal y como dijo el relator de la ONU, países como España cuentan, cada vez más, con “lugares que los propios ciudadanos no reconocerían como parte de su país”. Este aumento de las desigualdades durante los últimos años llevó a la ONU a incluir la lucha contra las desigualdades como uno de sus objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible.

Fuente: Fuenlanews URJC

El cambio de paradigma económico

En mayo de 1979 Margaret Thatcher ganaba las elecciones en el Reino Unido. A su victoria le seguiría la de Ronald Reagan en los Estados Unidos dos años más tarde. Este momento suponía el inicio de un nuevo paradigma en el mundo. ¿Cuáles fueron las implicaciones que este cambio político trajo consigo? Hasta los años 70, según apunta el Economic Policy Institute, la productividad de los trabajadores aumentaba en la misma proporción que los salarios de estos. No obstante, con la llegada de nuevos gobiernos de corte neoliberal esta tendencia comenzó a cambiar. Así, si bien la productividad ha aumentado en un 69.9% desde el año 1979, los salarios por hora trabajada sólo lo han hecho en un 11.6%.

 

Esta tendencia fue favorecida por las flexibilizaciones en legislación laboral y las rebajas de los impuestos de las grandes empresas. Así, un estudio publicado por The Washington Post en 2019 apuntaba que, por primera vez (en 2018) el 50% más pobre de los estadounidenses había pagado más impuestos que las 400 familias más ricas del país. Como resultado, Intermón Oxfam asegura que, desde el año 2015, el 1% más rico del mundo superó en niveles de riqueza al 99% restante, en una cifra sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. Esta situación es paradigmática en el caso de los Estados Unidos, a partir de los cuales se suelen analizar los cambios de ciclo económico: la posguerra de finales de la década de los 40 y los años 80 suponen un importante cambio de marco en lo concerniente al papel que los Estados debían desempeñar.

La globalización y la desigualdad

La caída de la Unión Soviética (1990), la llegada de Internet con fines comerciales (1995), la coincidencia de gobiernos neoliberales en gran parte de la esfera mundial y un desarrollo incipiente de las tecnologías de la información y la comunicación favorecieron la llegada de un nuevo orden conocido como globalización. Este se caracterizó, de acuerdo con el analista Trajan Shipley, por un aumento de la integración económica entre países: más movilidad del capital financiero y una mayor apertura al comercio exterior.

 

En la práctica, existen tres fenómenos derivados de la globalización, según apunta el politólogo Fernando Arancón en El Orden Mundial. El primero de ellos son los tratados de libre comercio como el TTIP o el CETA que han favorecido la apertura e interconexión de los mercados mundiales. En segundo lugar, esta libre competencia ha llevado a muchas grandes empresas a la deslocalización de la producción a países con menores costes de producción, eminentemente aquellos en vías de desarrollo. Por último, la alta especialización de los trabajadores, ya que todo este proceso ha sido paralelo a un desarrollo tecnológico sin precedentes. De esta manera, según afirma el Nobel de Economía Eric Maskin, la especialización de los trabajadores se produce de manera desigual y, por ende, las denominadas profesiones liberales que se correspondían con la clase media desaparecen para dar paso a un mundo de trabajos precarios (como el de los riders o las kellys) y trabajos que requieren de una alta cualificación (como el de los programadores).

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En 2010 el 53% de los ingresos mundiales fueron recibidos por el 10% de la población mundial. / CC-BY-ND Fuente: WID World

Desigualdad interna y desigualdad externa

Como consecuencia de los fenómenos mencionados, la desigualdad entre países (desigualdad externa) se ha reducido enormemente desde la consolidación del proceso de globalización a mediados de los 90. No obstante, a causa de los hechos mencionados anteriormente, el World Inequality Report corrobora que la desigualdad se ha disparado dentro de los países (desigualdad interna). El índice de Gini, que sirve para medir la desigualdad de ingresos dentro de un mismo territorio (desigualdad interna) muestra que existe una correlación entre el nivel de implantación de las políticas neoliberales en un territorio y el aumento de las desigualdades. En este caso, se trata de una relación de proporcionalidad directa: a mayor desarrollo de las políticas neoliberales mayor desigualdad interna y viceversa. Es merecedor de análisis el caso de los Estados Unidos, máximo paradigma junto a algunos países asiáticos del desarrollo de políticas neoliberalizantes: por primera vez en su historia la esperanza de vida bajó por primera vez en 20 años en el año 2015 y el contraste entre la esperanza de vida de los pobres y los ricos no deja de aumentar, según asevera un informe de la universidad de Stanford.

 

En el informe GINI de 2005 se puede ver como hay muchos países en el primer escalón, el más cercano a la igualdad económica del país.

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Informe GINI de 2005. / CC-BY-SA Autor: Guillermo Casquero

Países como Francia, EEUU, Reino Unido o España se quedaron fuera, estando la mayoría en el segundo escalón, por detrás de los países escandinavos y Canadá.

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Informe GINI de 2005. / CC-BY-SA Autor: Guillermo Casquero

En 2009, sólo Suecia resiste a los inicios de la crisis económica como país ejemplar en la lucha contra la desigualdad en Europa. Todo el centro de Europa cae al tercer escalón (con casos como Portugal o Lituania que superan el 0,36). EEUU, por su parte, cae hasta el baremo situado entre 0,45 y 0,49, muy por encima de Canadá (por debajo del 0,34) e igualado a países como Argentina, Venezuela, Ecuador o China.

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Informe GINI de 2009. / CC-BY-SA Autor: Guillermo Casquero

Tras la salida del receso económico mundial, Europa cae por regla general en una mayor desigualdad aunque controlada por los países. Mientras, EEUU suma hasta una desigualdad por encima del 0,40 en 2017 y queda por debajo de Canadá y el bloque europeo. EEUU queda señalado como un país de gran desigualdad económica externa e interna, compartiendo escalón con Rusia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina.

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Informe GINI de 2017. / CC-BY-SA Autor: Guillermo Casquero

La desigualdad (1920-2020) en fotos

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